La muerte es un suceso que todos conocemos pero que nadie se espera, pese a que a lo largo de nuestra vida hemos aprendido que este evento está destinado a suceder. No existe edad ni preparación previa para asumir este momento, que en la mayoría de los casos es inesperado. Pero podemos aprender que es posible llenar la pérdida dándole sentido y significado a la muerte.  

Perder a un hijo es sin duda una las experiencias más duras de enfrentar, esta nos acompañará a lo largo de nuestra vida, y cómo entendemos esta pérdida determina cómo viviremos sin él o ella.  

Y es que el duelo tiene un impacto emocional muy fuerte, por lo cual durante su proceso experimentamos diferentes sentimientos, estos pueden ser de frustración, tristeza, ira, irritabilidad, ausencia, vacío; cuando se trata específicamente de la pérdida de un hijo inevitablemente hablar del hecho causa dolor, negación y privación lo cual es normal. Nuestras emociones se comportan como una montaña rusa que sube y baja, dando vueltas y vueltas en momentos difíciles, y de reflexión, sin embargo, lo importante es reconocer que este es un proceso en el que avanzar se da en momentos y tiempos personales, sin medida ni comparación. 

Este proceso lleva a una realidad cuando aceptamos que nuestro familiar ya no está con nosotros, extrañarlo se vuelve una constante y como familia nos aferramos a las cosas materiales porque representa algo significativo y le damos sentido a todas las cosas, ya que de esa manera sentimos que está con nosotros.  

Pero es preciso saber que el proceso de guardar, regalar o de decidir qué hacer con las pertenencias de esa persona, tomará su debido momento, para llegar al punto de comprender que, al soltar las cosas materiales le estamos dando sentido a la memoria y al recuerdo. Es importante que, como padres, se entienda que avanzar es un proceso que se debe hacer en el ritmo que se decida, pero que el primer paso puede ser reintegrándose paulatinamente a las labores diarias. También estableciendo metas a corto plazo para retomar hábitos, encontrando ocupaciones como hacer deporte, salir a hacer las compras, limpiar la casa, ir al trabajo, entre otras. Al hacerlo nos llenamos de energía y de alguna manera nos permite recordar asertivamente a nuestro ser querido como un poder curativo, incluso cuando es difícil hablar de ellos; lo importante es pensar positivamente y en todo lo lindo que se vivió. Esto sucederá también en las fechas especiales como cumpleaños, navidad y demás.  

Por lo tanto, y para superar el duelo, el apoyo entre los padres o con las familias, se convierte en una herramienta que ayudará a sanar paulatinamente esos sentimientos de confusión y negación, por los que es normal atravesar ante la pérdida de un ser amado.  

También la conciencia de que tanto mamá como papá pueden vivir etapas de duelo diferentes, hará que cada uno pueda apelar a estrategias diferentes de afrontamiento, pero unidos por el amor que se le tuvo a su ser amado. 

En Grupo Recordar, queremos ser su apoyo, brindarles el acompañamiento y respaldo que requieren, por eso reiteramos, no están solos. Recuerden que mensualmente dictamos talleres de duelo gratuitos, para participar en estas charlas sólo deben estar pendientes de nuestras redes sociales en Facebook e Instagram @Gruporecordaroficial donde anunciamos la temática y la fecha y compartimos el enlace de conexión.  

 

Referencias 

https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/20488/1/Paiva%20Brazeiro%2C%20Paula%20M..pdf 

http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/tfgmae/tfg-m-2009-01.pdf 

https://www.menudoscorazones.org/wp-content/uploads/2018/09/Guia-Duelo-II-baja.pdf