Decir “no” puede ser una de las palabras más difíciles de pronunciar para muchas personas. En un mundo donde la presión social y las expectativas a menudo nos impulsan a decir "sí" a todo, decir "no" puede parecer contraproducente. Sin embargo, aprender a decir “no” puede ser una habilidad poderosa que nos brinda un mayor control sobre nuestras vidas y un mayor bienestar personal. En este artículo, exploraremos el lado positivo de decir “no” y cómo puede empoderarnos y mejorar nuestra calidad de vida.

Según  Lara Tormo (2021), la capacidad de decir “no” es esencial para establecer límites saludables. Cuando aprendemos a decir “no”, estamos definiendo nuestras necesidades y deseos, y comunicándolos de manera efectiva a los demás. Esto resulta crucial para mantener relaciones sanas y equilibradas, permitiéndonos establecer límites claros y evitar sentirnos abrumados por las demandas externas. La palabra “no”, nos ayuda a priorizar lo que realmente importa en nuestras vidas. Al aceptar constantemente tareas y compromisos, corremos el riesgo de dispersarnos y perder de vista nuestras metas y valores. Decir “no” nos permite concentrarnos en las actividades y relaciones que son genuinamente significativas y valiosas para nosotros.

Decir “no” de manera adecuada también puede reducir significativamente el estrés y la ansiedad. Aceptar demasiadas responsabilidades puede llevar al agotamiento y la sobrecarga, lo que puede afectar negativamente nuestra salud mental y física. Al establecer límites y negarnos a asumir más de lo que podemos manejar, protegemos nuestra salud y bienestar. (María Elena Ballestero, 2018).

Walter Riso (2019) señala enfrentes a una decisión sobre si decir “sí” o “no”, recuerda que decir “no” puede ser una opción positiva que te brinde una mayor paz y satisfacción personal que al pronunciar la palabra “no”, nos empodera a recordar que tenemos el control de nuestras vidas. Al tomar decisiones conscientes sobre a qué nos comprometemos, nos posicionamos como agentes activos en nuestras vidas, en lugar de simplemente reaccionar a las expectativas de los demás. Esto aumenta nuestra autoestima y autoconfianza. Además nuestra productividad mejorara si nos permitimos decir “no” cuando es necesario. Al evitar la sobrecarga de trabajo, podemos concentrarnos en las tareas importantes y completarlas de manera más eficiente. Esto nos permite tener más tiempo y energía para dedicar a proyectos y actividades significativas

En conclusión, decir “no”, no es sinónimo de ser egoísta o insensible. Es una habilidad esencial que nos permite establecer límites, enfocarnos en lo que es importante, reducir el estrés y la ansiedad, empoderarnos personalmente y mejorar nuestra productividad. Al aprender a decir “no” de manera asertiva y respetuosa, estamos tomando el control de nuestras vidas y priorizando nuestro bienestar. La próxima vez que te enfrentes a una decisión sobre si decir “sí” o “no”, recuerda que decir “no” puede ser una opción positiva que te brinde una mayor paz y satisfacción personal.

 

Faridhe Pontón Gattáss

Psicóloga

Asesora familiar de duelo

Bibliografía

María Elena Ballestero (2018). Artículo: Decir no, una estrategia para tomar decisiones asertivas

Walter Riso (2019). Libro: El Derecho a Decir No.

Lara Tormo, (2021). Artículo: La importancia de establecer Límites en la vida personal y laboral