Grupo Recordar lo invita a realizar 5 preguntas importantes frente a un evento inesperado
Según Kantar Colombia, en su informe Consumer Watch 2018, las personas en Colombia ahorran 11% para la educación, 20% para la casa, el 5% para su vehículo y el mismo porcentaje para vacaciones. En cuanto a la pensión destinan un 8% y, finalmente, para la salud 4%. Sin embargo, hay una necesidad que a veces se escapa y es para aquello que es inevitable: el fallecimiento. Esta eventualidad llega en el momento menos esperado y, por lo tanto, se convierte en un tema del que muchos no quieren hablar y para el que no se está preparado financieramente.
Es preciso prever todas las situaciones económicas que surgen después del fallecimiento de una persona dentro del núcleo familiar tales como, papeleos pendientes, pagos inmediatos, situaciones logísticas conflictivas, problemas económicos y problemas emocionales. Por estas y muchas razones más, es adecuado informarse sobre el panorama que debe sopesar una persona ante una calamidad como esta.
¿Cuánto puede costar el atender una necesidad así?
Los trámites con cualquier funeraria pueden oscilar entre $1.000.000 y $5.000.000 sin incluir el destino final. Teniendo en cuenta la inhumación o cremación puede aumentar entre $900.000 y $4.000.000, esta es una opción válida, pero que a su vez y si no se cuenta en el momento con la liquidez podría generar preocupaciones, haciendo que el momento de dolor sea más difícil de afrontar para los seres queridos.
¿Cómo puedo prevenir problemas financieros protegiendo a mis familiares después de este tipo de calamidad?
La mejor opción en vida es tomar algún tipo de previsión exequial, como dice Rafael Caldas Director Corporativo y Financiero de Grupo Recordar "la previsión es la alternativa que nos permite hacer algo hoy, para garantizar un mañana más tranquilo y para poder centrar la atención y energía en lo importante en el momento de enfrentar el fallecimiento de un ser querido."
Y es que así como se ahorra y se paga cuotas para casi todo, así mismo se puede invertir en este tipo de solución. Esta alternativa haría que después del fallecimiento, todos los preparativos de papeleo, transporte, logística, ceremonia y destino final estén cubiertos, haciendo que cualquier tipo de situación sea atendida con calidad, contribuyendo a la tranquilidad emocional y económica de los familiares.
¿Qué pasa después de un fallecimiento con el ahorro o pago de mi seguro exequial?
La empresa iniciaría el proceso de coordinación del servicio que corresponda al plan adquirido y por el que se pagan cuotas mes a mes. Es de esta manera como se asegura un ahorro programado para algo inevitable.
Es importante mencionar que la mayoría de planes exequiales están alrededor de $16.000 a $50.000, y su valor varía por factores como la cantidad de personas que se quieren asegurar, las edades, si también se quiere cubrir mascotas y, sobre todo, la logística, la ubicación y tipo de destino final (inhumación o cremación).
¿Qué debe incluir una buena previsión para que la familia tenga tranquilidad?
Lo primero es definir el tipo de inversión, hay planes personales y familiares; en cualquier caso debe contar con asesoría exequial, trámites legales, salas privadas de velación, traslado del cuerpo y trasporte de familiares; tratamiento de tanatopraxia, suministro de un cofre, atención a los asistentes, celebración de ceremonia, acompañamiento psicológico, espacios de lote u osario, además de la coordinación para inhumación o cremación en la mayor cantidad de ciudades posibles que aseguren la prontitud y calidad en el servicio.
¿Qué criterios se deben tener en cuenta para la elección de la empresa y el plan?
Para elegirlos, es importante revisar cuál es el que le dará más tranquilidad, sumado a la trayectoria de la empresa, la infraestructura, los servicios, la calidad y la cantidad de soluciones que les brindan a los usuarios.
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Es así como planear y organizarse no hace a las personas negativas o pesimistas, si no previsivas y conscientes que ese momento de importante trascendencia no debe verse opacado por problemas de solvencia. Ese episodio, aunque doloroso, debe centrarse única y exclusivamente en rendirle un tributo digno y un adiós al ser que ya no está. Se trata de llevar ese amor más allá de la vida.